La biorreprografía en 3D se presenta como una opción de futuro de la medicina regenerativa Existen algunas experiencias a pequeña escala aunque falta salvar obstáculos, como la vascularización del tejido
Un paciente se dispone a someterse a un trasplante de corazón. Mientras se le intuba, se le monitoriza y el anestesista se prepara para sedar al enfermo, en un rincón del quirófano, la bioimpresora 3D fabrica el órgano de remplazo que sustituirá al infartado. El zumbido de los cabezales del aparato en movimiento, cargado con cartuchos de cardiomiocitos y de otros tipos celulares, indica que el nuevo corazón aún no está listo. En unos minutos podrá comenzar la operación.
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POR MARÍA RENDOS
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